jueves, 14 de febrero de 2013

Viernes 15 de febrero. Mt 9,14-15

EVANGELIO

En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: - «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: -«¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.»
 
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

Discutía, o debatía, con mi querida Tere, cocinera del colegio, la importancia o no de ayunar, de no comer carne los viernes de Cuaresma...y la conclusión es clara: Que no, no podemos ayunar, porque Jesús está entre nosotros y esta presencia es como una noche de bodas que dura eternamente, jejeje.
Ni podemos ayunar, como querrían que ayunáramos los fariseos y los que se les parecen aún hoy y ahora, ni podemos entender las penitencias, ni las prácticas externas como medios de acercarnos más a Dios. ¡Que no! Que es al revés: que Él ya está en nuestro corazón, que está con nosotros, y esto hace que tengamos la exigencia de darnos alos demás y de reconocer en ellos a nuestros hermanos. Que nosotros poco tenemos que hacer para ganárnoslo, y menos aún ayunar, ir cabizbajos o bañarnos en ceniza.¡Ay, el ayuno! Ayunemos de la pereza, de nuestra falta de entrega y de una existencia cómoda que sólo mira para sí. Así es la cosa y no hay más, este ayuno si que es jodido hacerlo todos los días....Palante siempre....

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