21El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que
me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré
a él.»22Le dice Judas - no el Iscariote -: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas
a manifestar a nosotros y no al mundo?»23Jesús le respondió: «Si alguno me ama,
guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en
él.24El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es
mía, sino del Padre que me ha enviado.25Os he dicho estas cosas estando entre
vosotros.26Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi
nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Dios no ha resucitado a cualquiera; ha resucitado a
un crucificado.
La última palabra la tiene Dios.
Palabra auténtica; no es fácil encontrar gente de palabra... de palabra auténtica, incluso los que nos desgobiernan no la tienen, estamos gobernados por un grupo
de mentirosos, falsos y fariseos que vendieron sus palabras para llegar al poder, una vez en
él su palabra no vale nada, son unos impostores y como tal deberían irse,
estamos cansados de ver en televisión gente que vende su palabra al mismo
precio que su conciencia, un precio rastrero, y los medios de comunicación
venden palabras manipuladas con el único objetivo de conseguir “adeptos”… pero la PALABRA permanece, la
palabra es verdad y camino, es vida y entrega…. Y es una palabra de amor
resucitador hacia las víctimas.
Los que sufren han de saber que su sufrimiento
terminará en resurrección.
La historia sigue. Son muchas las víctimas que
siguen sufriendo hoy, maltratadas por la vida o crucificadas por los
hombres. …..
El cristiano sabe que Dios está en ese sufrimiento.
Conoce también su última palabra. Por eso, su compromiso es claro: defender
a las víctimas, luchar contra todo lo que mata y deshumaniza; esperar la
victoria final de la justicia, p´alante.
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