EL EVANGELIO NO ES UN
SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La historia de la salvación, jamás la historia de la condenación. Viene
el Hijo del Hombre para que seamos verdaderamente hombres. Creíamos que el
hombre se realiza por el saber, por el poder, por el tener; por el ganar, por
el gastar, por el gozar; por el triunfo, por el aplauso, por la conquista. El
Hijo del Hombre nos dice que la verdad está en el ser, en el dialogar, en el
amor; en el com-padecer, en el com-partir, en el colaborar; en la amistad, en
el servicio, en la entrega.
Lo que cuenta, es no venir a destruir, a condenar, a señalar, a anular,
a criticar, a falsear, a manipular… es fundamental quien sabe hacer del hombre un creyente en la historia de salvación, Ser
creyente es: sufrir con los que sufren, gozar con los que gozan. Vivir la
aventura de cada día, es un regalo. Hacer que la vida de los que viven junto a
mi sea más feliz, dejar que las personas respiren, se sientan menos solas, ser
más amables, reeducar nuestra mirada;
para hacerla más positiva, benévola y misericordiosa, comprender y amar. Hemos
traicionado tanto al Evangelio, que su
mensaje lleva agonizando demasiados años
entre discursos de pedestal y
conferencia, si este tiempo sirve para algo, que sirva para “resucitar” que
falta nos hace a todos. P´alante
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jueves, 18 de abril de 2013
Juan 6: 52 - 59. Viernes 19 de abril
EVANGELIO
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