Martes 9 de abril. Jn 3,7b-15

EVANGELIO
No te extrañes de que te haya dicho: “Necesitan nacer de nuevo desde arriba”.
El viento sopla donde quiere, y tú oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo le sucede al que ha nacido del Espíritu.»
Nicodemo volvió a preguntarle: «¿Cómo puede ser eso?»
Respondió Jesús: «Tú eres maestro en Is rael, y ¿no sabes estas cosas?
En verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio.
Si ustedes no creen cuando les hablo de cosas de la tierra, ¿cómo van a creer si les hablo de cosas del Cielo?
Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre.
Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre,
y entonces todo el que crea en él tendrá por él vida eterna.

 

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:

 

No debemos ponernos nerviosos por casi nada, porque el viento sopla dónde quiere y cómo quiere, y no hablamos de los vientos huracanados o suaves que nos llevan atormentando en este invierno largo y duro, por mucho que estemos en primavera. Nos referimos al espíritu, y no es algo de ciencia ficción, sino todas esas intuiciones en forma de proyectos y aventuras que van conformando nuestra vida. ¿Por qué decidimos hacer unas cosas y no otras?...muchos lo refieren a las casualidades, otros a la suerte, y nosotros al espíritu que sopla cuándo le da la gana y de la manera más alucinante posible. No siempre acertamos, quizás casi nunca, pero si estamos atentos a lo que Jesús nos pide a lo mejor seamos fieles a ese espíritu. No hay recetas mágicas, ni coordenadas exactas para el GPS vital....simplemente seguir "eso" que creemos nos hace más felices y mejores personas.

Alguno sigue al espíritu y se va a Catar a entrenar a un equipo de balonmano, otros lo siguen y los conduce a los sobres llenos de viruta, otros acaban dando ruedas de prensa detrás de una tele...en fin, cada uno cree seguir lo que le conviene. La fusca de la vida apuesta por seguir los dictemenes de Jesús que se nos va manifestando donde le sale del bolo y de la manera que le da la gana. En la lucha no se afloja.