miércoles, 6 de mayo de 2009

Jn 13,16-20.Jueves 7 de mayo

EVANGELIO:
En aquel tiempo, después de lavarles los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro: el sirviente no es más
importante que su amo, ni el enviado es mayor que quien lo envía. Si entienden esto y lo ponen en práctica, serán
dichosos.
No lo digo por todos ustedes, porque yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla el pasaje de la
Escritura, que dice: El que comparte mi pan me ha traicionado. Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que,
cuando suceda, crean que Yo soy.
Yo les aseguro: el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Se elige a los amigos, pero no siempre las cosas van bien. Jesús dice “Yo sé bien a quienes he elegido...el que compartía mi pan me ha traicionado”. ¡cuántas desilusiones y cuántos desengaños nos aporta la vida!. Y sin embargo vale la pena confiar en las personas, no se puede vivir con el alma acorazada. Si no nos fiamos de nuestros amigos, nos estamos haciendo daño a nosotros mismos. Un corazón desconfiado envejece deprisa. Un rostro desconfiado siempre amanece agrio y sin luz.
En la vida, amigo lector, no podemos deshacernos de los trepas ( cada día hay más), de los ambiciosos que sólo piensan en ellos( enfermedad más grave que la gripe del cerdo, se llama ombliguitos) . Un famoso psicólogo escribía: “Trabajo más a gusto cuando soy capaz de aceptarme a mí mismo con todas mis imperfecciones. Y especialmente valoro el hecho de que cuando me acepto tal y como soy, puedo mejorar mi manera de ser y actuar. Por eso agradezco mucho las personas que son comprensivas y dulces conmigo, que son capaces de entenderme”. ¿Por qué, pues, hay gente a quien le cuesta ser dulce y comprensiva? No se puede pedir que todos seamos “iguales”. En realidad, no es verdad que todos seamos iguales. No hay dos personas iguales, somos joyas únicas e irrepetibles. Si algo nos distingue a los seres humanos es la gran diferencia que existe entre unos y otros: físico, carácter, ideas, cultura, familia, costumbres, amistades. La dificultad para ser dulces y comprensivos, respetuosos y tolerantes se da cuando alguien se siente superior a los demás y trata de dominarlos, cuando trata de imponer por la fuerza y la violencia su propio punto de vista, sin dejar que los otros expongan el suyo y puedan actuar con libertad ( mi hermana más valiosa). Quizás , para terminar, sea bueno recordar aquello de que “el que recibe a mi enviado, me recibe a mí...”

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