En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.»
El EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuánto se habrá vilipendiado y prostituido la palabra paz entre nuestros gobernantes, entre los poderosos, entre los que han tenido la responsabilidad de decidir…y de verdad se creían lo que decían…en nombre de la paz y de la libertad duradera se ha matado y aniquilado de forma injusta, ¡que paradoja tan triste como real!. Hoy Jesús, nos vuele a dejar la paz, pero no la del mundo que es mentirosa e hipócrita, sino la paz desde el corazón y que sale hacia fuera. Es la paz con uno mismo, la tranquilidad de obrar con la conciencia tranquila, la paz con los demás, saber que tus palabras y actos crean y generan ambiente fraterno aunque estos molesten a algunos, sobre todo a aquellos que se creen en la posesión de la paz única y la razón intocable, y también, y en esta época marcada por la ecología, la paz con la naturaleza, con la tierra que es casa de todos y no de unos pocos privilegiados que pisotean a los otros…hay que trabajar por esto sin descanso, sin horas de pausa, sin días libres….hablando de días libres, me contaron que hace muy poco un cura, de los considerados buenos (al menos guarda la negritud y la tirilla a la perfección), no fue a celebrar dos misas allí donde se le requería porque era su día libre y no podía dejar de “descansar”…que lástima, que pena, que triste…¿desde cuando los presbíteros tienen días libres?....seguro que así no nos trasmiten la paz…ahora bien nos queda el consuelo: que no tiemble vuestro corazón, ni se acobarde.
Cuánto se habrá vilipendiado y prostituido la palabra paz entre nuestros gobernantes, entre los poderosos, entre los que han tenido la responsabilidad de decidir…y de verdad se creían lo que decían…en nombre de la paz y de la libertad duradera se ha matado y aniquilado de forma injusta, ¡que paradoja tan triste como real!. Hoy Jesús, nos vuele a dejar la paz, pero no la del mundo que es mentirosa e hipócrita, sino la paz desde el corazón y que sale hacia fuera. Es la paz con uno mismo, la tranquilidad de obrar con la conciencia tranquila, la paz con los demás, saber que tus palabras y actos crean y generan ambiente fraterno aunque estos molesten a algunos, sobre todo a aquellos que se creen en la posesión de la paz única y la razón intocable, y también, y en esta época marcada por la ecología, la paz con la naturaleza, con la tierra que es casa de todos y no de unos pocos privilegiados que pisotean a los otros…hay que trabajar por esto sin descanso, sin horas de pausa, sin días libres….hablando de días libres, me contaron que hace muy poco un cura, de los considerados buenos (al menos guarda la negritud y la tirilla a la perfección), no fue a celebrar dos misas allí donde se le requería porque era su día libre y no podía dejar de “descansar”…que lástima, que pena, que triste…¿desde cuando los presbíteros tienen días libres?....seguro que así no nos trasmiten la paz…ahora bien nos queda el consuelo: que no tiemble vuestro corazón, ni se acobarde.
.jpg)
No hay comentarios:
Publicar un comentario