viernes, 29 de mayo de 2009

Juan 21: 20 - 25 . Sábado.30 de Mayo

EVANGELIO:
Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?»
Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.»
Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: « No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga.»
Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La única condición para ser discípulo de Jesús es el amor. Y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero porque conocemos ese amor de primera mano, de la fuente, de la Verdad.
El otro aspecto que hay que resaltar del texto de hoy es que somos seguidores, conlleva e implica un compromiso radical, no somos admiradores de la figura de Jesús de Nazareth, tampoco somos imitadores de sus obras, somos seguidores, SEGUIDORES. Esto implica que hay que caminar con el riesgo de correr la misma suerte que el maestro, aceptar los retos que puedan llegar a nuestra vida sin reservas, ni cálculos sino incondicionalmente anunciar sin reservas la Buena Noticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario