domingo, 31 de mayo de 2009

MC 12,1-12. LUNES 1 DE JUNIO

EVANGELIO:
Y se puso a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.
Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña.
Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías.
De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron.
Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros.
Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: "A mi hijo le respetarán".
Pero aquellos labradores dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia."
Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros.
¿No habéis leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido;
fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?»
Trataban de detenerle - pero tuvieron miedo a la gente - porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

Esta parábola es una denuncia para los que pretenden adueñarse de la Viña injustamente, traicionando el verdadero destino y mensaje de Jesús de Nazareth. Los dones recibidos y que no están dando frutos buenos porque injustamente tiene dueños que llegaron al poder a costa de todos y de todo. Traicionando los valores más nobles que en el Evangelio nos señalan tan claramente.
Creo que lo importante es que tomemos parte del proyecto de Jesús, que con nuestro caminar, nuestros dones y nuestras cualidades, seamos frutos de paz, amor y justicia para todos. Es la libertad del Evangelio la que tenemos en juego, nadie puede encasillarlo. La piedra angular, se ponía en las casas y en las construcciones para que soportaran todo el peso, por eso esa piedra debe ser en nuestro corazón el Evangelio, jamás traicionaremos el Evangelio porque se desmoronará nuestra vida.

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