lunes, 4 de mayo de 2009

Martes 5 de mayo.jn 10,22-30

EVANGELIO:
En aquel tiempo se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. Los judíos lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente". Jesús les respondió: "Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa".
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Era invierno, cuando Jesús se pasea por la explanada del templo. A veces tenemos que airear las ideas, es bueno. El problema para Jesús era que le llovían las zancadillas, las mentiras, las falsedades, la hipocresía, la falsedad… para atraparlo. Que le vamos hacer… hay gente convencida que todo esto es más útil que el corazón.
Lo mejor es que miles de años después, hoy estamos unos cuántos locos cristianos que seguimos cuestionándonos cómo seguirle, la manera más auténtica de vivir, que nacemos, vivimos y morimos en actitud del que bueca el Camino, la Verdad y la Vida. Nos cuestionamos día a día, paso a paso... por la pobreza, las injusticias, los maltratos, el hambre, la esclavitud, la marginación… para tratar de dar un poco de color esperanza. Es Jesús de Nazareth ( El Mesías) quien nos ha enseñado a tener un amor inquebrantable, vivir sin vergüenza y morir sin miedo, y a día de hoy seguimos a pie de ruta.

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