viernes, 11 de noviembre de 2011

LC 18,1-8.12 de noviembre

EVANGELIO:
Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.

«Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres.

Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme justicia contra mi adversario!"

Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: "Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,

como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme."»

Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto;

y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar?

Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

El cristiano tiene una misión: SEGUIR GRITANDO. Nos esperan incomprensiones, sufrimientos, críticas y sinsabores, pero no podemos vender tan barato nuestro corazón, si es que nos fiamos de ese tal Jesús de Nazareth, que vino para dar la vuelta al mundo, y para que a viudas insignificantes las escuchen jueces importantes.
Cuando dice el Evangelio que Dios hará justicia, no es cruzarse de brazos, MIENTRAS HERMANOS NUESTROS LOS TIENEN EN CRUZ.

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