EVANGELIO:
«Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones
por el libertinaje, por la embriaguez y por las preocupacines de la vida, y
venga aquel Día de improviso sobre vosotros, como un lazo; porque vendrá
sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad en vela, pues,
orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está
para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
El cristiano no endurece el corazón, se cuestiona, sabe
interrogarse y lo hace desde una gran humanidad y servicio desinteresado al prójimo:
Preguntémonos siempre:
¿qué he hecho por Cristo? ¿qué he hecho por el prójimo?
¿qué hago por Cristo? ¿qué hago por el Prójimo?
¿qué voy hacer por Cristo? ¿qué voy hacer por mi Prójimo?
Nuestra provocación es nuestro
amor. Es la única manera de dar sabor a la vida.
P´alante
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