EVANGELIO:
«Estad atentos y
vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta: deja su
casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero
que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa,
si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea
que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a
todos lo digo: ¡Velad!»
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
“ y a la hora que menos penséis”:
creemos que va a venir el día 25 y se presenta el
día 3, o el 26.
Creemos que va a llegar en el templo y se le
encuentra en el atrio de la parroquia, porque no pasa.
Es bastante sorprendente, imprevisible. Decimos que
se manifiesta de pan y se disfraza de pobre. Pero a lo mejor se le encuentra en
la palabra, en el canto, en el llanto, o en la mano tendida, en el grupo que
crece, en la familia que se une, o en el enfermo que sufre, en el niño que ríe,
o a lo mejor está en el obispo que vigila y dicta, o en el sindicalista que
lucha, o en la religiosa que reza, o la prostituta que ama. ASÍ NUESTRO DIOS…
¡es la forma de estar en vela! Hemos traicionado
tanto al Evangelio, que la
Navidad lleva agonizando demasiados años, si este adviento
sirve para algo, que sirva para “resucitar” que falta nos hace a todos. P´alante... FELIZ FIN DE SEMANA A TODOS, Y EL QUE TENGA QUE SEMBRAR QUE SE...ESMERE.
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