jueves, 8 de marzo de 2012

Viernes 9 de marzo. Mt 21,33-43.45-46

EVANGELIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: - «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hi-cieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, di-ciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." 1 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le contestaron: - «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: - «¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que deshecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.» Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Ya esta bien de alimentar la mediocridad y la miseria de este mundo con nuestra complicidad asquerosa de no querer sacar a la luz lo bueno que somos. No puedo entender a esa gente que se autovalora y autoproclama como lo mejor y más bonito por el hecho de tener o hacer cosas. Los frutos del Evangelio de hoy van con el ser, con lo que yo soy y pongo al servicio de los demás, lo demás no vale para nada y es vanidad absoluta. Saquemos de nuestro corazón, hacia la vida diaria lo mejor de cada uno, los frutos y hagámoslo convencidos de que así, el mundo no será tan feo y gris como es. Seamos como los labradores del Evangelio, humildes y buenos, y cultivemos el cariño, la sonrisa y el amor. Los que así lo hacen son los grandes de la vida, los imprescindibles, aquellos que hacen mover el mundo, el resto pertenecen al club de los mediocre y mas vale que se encaminen hacia el sepulcro porque son muertos en vida que en lugar de florecer y dar frutos, nos aturden con su tontería y majadería...Palante ya....

No hay comentarios:

Publicar un comentario