martes, 17 de marzo de 2009

Domingo.22 de marzo. Jn 3, 14-21

EVANGELIO:
Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que creee en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.»

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
La religión verdadera está en la vida, y el culto verdadero en la calle. No busquemos tanto los altares sino los corazones. No se puede ir en peregrinación al templo y seguir juzgando, no se puede creer en el Dios de Jesús y calumniar al prójimo, no se puede ser comunidad y pasar del pobre, no se puede hacer genuflexiones y pisotear la justicia. No se puede creer en Dios y no comprometerte en la vida de los sin voz. Porque de lo contrario estamos manipulando el Evangelio. Por sus obras de caridad los conoceréis, día a día.

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