En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: - «Escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a Otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último les mandó a su hijo, diciéndose: "Tendrán respeto a mi hijo." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: "Éste es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia." Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le contestaron: - «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: - «¿No habéis leído nunca en la Escritura: "La piedra que deshecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente"? Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.» Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNÍFERO, ES PURA DINAMITA:
Hoy como ayer, y como hace mucho tiempo tal y como vemos en el relato evangélico, Jesús sigue sin ser escuchado, sin ser tenido en cuenta…no interesa para mucho ya que su idea es la de complicarnos la vida y apretarnos las tuercas para que intentemos ser coherentes entre lo que decimos y hacemos. Son muchos los sumos sacerdotes y fariseos que se niegan a escuchar y a caer en la cuenta que la piedra angular, que la esencia, lo verdaderamente importante se sigue manifestando en nuestro tiempo, en nuestra sociedad, en nuestro barrio…Jesús sigue mandando criados, sigue mandando señales, se sigue haciendo presente y no lo entendemos. Estamos demasiado ocupados y preocupados con nuestros “problemas”, con la crisis, con el próximo lehendakari…y no queremos ver a Jesús manifestándose y gritando a nuestro lado, encarnado en aquellos que nos necesitan, en los despreciados y apartados, en los pobres de nuestra tierra…y hacemos con ellos lo mismo que los labradores del Evangelio con los criados, los matamos, no literalmente, pero los matamos en vida con nuestra indiferencia e insensibilidad. Ellos son, los pobres, los verdaderos vicarios de Cristo en la tierra, los verdaderos y únicos representantes de El aquí y ahora, por mucho que de este “titulo” se hayan apropiado otros que precisamente son los de la púrpura, el lino y los banquetes del evangelio de ayer, y al que encima hay que llamar Santo y Padre…quien lo entienda que me lo explique por favor….
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LOS FRUTOS: la parábola pide entregar frutos, todos tenemos que entregar los frutos al propietario de viña: cada uno desde su capacidad, pero los frutos del amor, la alegría, la amistad, el encuentro, el cariño, la ternura, la sencillez, la humildad, la fuerza, el entusiasmo, la lucha, la confianza, la tolerancia, el respeto, la libertad, la justicia, la paz,.... tus frutos son muy importantes, nos ayudan a crecer a todos. Me encanta la gente que se compromete.
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