domingo, 15 de marzo de 2009

Lunes 16 de marzo.Lc 4,24-30

EVANGELIO:
«En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria.»«Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio.»Al oír estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad para despeñarle. Pero él, pasando por medio de ellos, se marchó.
EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:
Cuando queremos despreciar o desprestigiar a una persona se recurren a mil argumentos. Y normalmente queremos desprestigiar a aquel que pone patas arriba nuestra manera de pensar de siempre, a aquel que nos cuestiona nuestro proceder, a aquel que nos despierta de nuestras modorras y nos saca de nuestras rutinas. Hoy Jesús está en Nazareth y sus paisanos piensan y dicen: de éste no puede salir nada nuevo y cierran su corazón y desprecian a Jesús.
Jesús , no obstante, recuerda que Dios no entiende de nacionalidad sino de corazón. Dios está siempre en medio del pueblo, allí es donde debemos buscarlo. El compromiso a veces lleva al destierro como le pasó al de Nazareth. Pero hoy la voz de la justicia y la libertad debe seguir escuchándose en medio de nuestra vida… aunque nos cueste el destierro
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