martes, 24 de marzo de 2009

Miércoles, 25 de marzo de 2009, Lucas 1, 26-38

La Anunciación del Señor,

EVANGELIO

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. » Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: -«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: -«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: -«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra. » Y la dejó el ángel.

EL EVANGELIO NO ES UN SOMNIFERO, ES PURA DINAMITA:

En las lecturas del día de hoy hay algo que se repite continuamente: el que se fía de Dios, se olvida completamente de sí, no exige señales en el cielo o en la tierra, como se lee en el libro de Isaías: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: -«No la pido, no quiero tentar al Señor.» y vive feliz sabiéndose en buenas manos. Sabe que Dios por su cuenta le dará el ciento por uno y experimentará la paz, aun en medio de las dificultades o los sufrimientos. Esta actitud trae consigo una consecuencia clara: lo leemos también en la segunda lectura: “Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados, (…) no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad." Su vida no es una carrera, ni una sucesión de obras buenas, ni una escalada hacia la perfección “comprando” o aplacando a Dios con sacrificios, holocaustos y demás prácticas externas o internas que dejan intacto el corazón. No, su vida tiene un sentido y una plenitud mucho más evidente: “Hacer la voluntad de Dios” ¿Y cuál puede ser la voluntad de un Dios que es Amor? Sin duda, el amor. El amor concreto entre nosotros, el amor a los que nos necesitan, o están cerca, o reclaman nuestra atención, consejo, ayuda, amistad… Ésta es la voluntad de Dios que vivió María durante toda su vida y lo mismo que ella, nosotros también podemos escuchar en nuestra propia historia las palabras del ángel: “Alégrate”, llénate de alegría y de paz. “El Señor está contigo”, “No tengas miedo”, Dios está cerca, y no hay lugar para el miedo y lo mismo que María también tú, puedes decir con todo tu corazón y toda tu vida: “Hágase en mí según tu Palabra” que es buena noticia y signo de salvación.

1 comentario:

  1. “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma””””. ¿Quién dijo miedo? – si tenemos hospitales y cementerios-. No hay fe sin riesgo, no hay fe con miedo.

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